La transformación digital se ha convertido en un factor indispensable en el sector farmacéutico y sanitario. Es clave tanto para avanzar en la investigación como para la producción y la distribución de nuevas terapias. Sin embargo, esta digitalización presenta algunos retos, como la creación de nuevos perfiles profesionales, la ciberseguridad o la gestión del dato. Así lo concluyeron los expertos reunidos en el Observatorio ‘Hacia la transformación digital de la Industria Farmacéutica’, organizado por Siemens y elEconomista.es.
«La digitalización no es un fin en sí mismo; sino un medio para lograr mayor competitividad. El conjunto de la industria requiere de palancas aceleradoras», sostuvo Jordi Llinares, director general de Programas Industriales del Ministerio de Industria y Turismo. Desde su departamento, darán continuidad al plan Profarma y, en los próximos meses, lanzarán el programa de I+D+i manufacturero, que «apuntalará» los cimientos del sector farmacéutico.
En estos mismos términos se pronunció Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria, para quien la digitalización es «una palanca brutal de transformación del sistema sanitario». De hecho, a su juicio, la forma de hacer medicina dentro de diez años «será irreconocible» porque, en lo que a Inteligencia Artificial (IA) se refiere, la humanidad se encuentra actualmente «solo en los albores». Desde Siemens, su director general de Digital Industries en España y Portugal, José Ramón Castro, destacó su labor de «acompañamiento» a las empresas que quieren asumir estos retos.
Para ello, hacen uso de una estrategia de partners. «En la industria farmacéutica, la digitalización es clave para su evolución porque permite reducir el time to market de los nuevos fármacos y desarrollar productos personalizados y asegurar la trazabilidad digital de los fármacos end to end«, expresó. Se trata, por tanto, de una estrategia que tiene por objetivo «aterrizar» la digitalización. Una de las formas es asegurando que la calidad del dato es la correcta para luego poder tomar las decisiones más adecuadas. Castro recalcó que «estas herramientas son claves en grandes empresas farmacéuticas que trabajan con varias plantas a la vez y en entornos con una alta regulación». «Desde Siemens ponemos a disposición de la industria farmacéutica todas estas tecnologías digitales a través de nuestro porfolio Xcelerator para mejorar su competitividad y mantener el liderazgo tecnológico», aseguró.
En los años 2018 y 2019 comenzaron los primeros compases de esta transformación digital, sobre todo de la mano de la inteligencia artificial (IA). Así lo señaló el director general de Cofares, Rubén Orquín, que asegura que en ese año no solo cambió la tecnología, sino la «cultura» de la compañía. «2018 empezó con nuestra estrategia de gestión de datos y la distribución farmacéutica es un sector con un elevado volumen de información. Pensamos que una compañía que no use el dato es como conducir un coche mirando el retrovisor», indicó. Para la distribuidora, el siguiente reto pasa por elevar la transformación digital a los procesos más manuales.
Pese a que estos años ya han quedado atrás en el tiempo, el director de Innovación y Aceleración Comercial de GSK, Jorge Pou, comentó que la sanidad ha comenzado a implantar la digitalización de manera más tardía en comparación con otros sectores, como los de las telecomunicaciones. El actual, aseguró, es un «momento de oportunidad» en el sistema sanitario en el que generar impacto porque ya se han asentado las bases, que son sólidas. Ejemplo de ello es la generación de nuevos perfiles, como ingenieros, que ya empiezan a llegar a puestos de responsabilidad dentro del sector de la salud.
